En la cima de una de las colinas que rodean a Granada, construyeron los árabes el monumento más suntuoso y exquisito de la arquitectura hispano musulmana, el qa'lat al-Hamra, el Castillo Rojo, universalmente conocido como la Alhambra. El origen de este apelativo podría estar en el tono rojizo que dio a sus muros la tierra cargada de óxido de hierro que utilizaron en su construcción.
Fue Muhammad I, apodado curiosamente el Rojo quien inició su construcción de esta fortaleza en la segunda mitad del s.XIII tomando como base una antigua fortificación goda que se alzaba en el mismo lugar, añadiéndole un palacio que sería su residencia, así como otras construcciones para sus ministros, personal, guardia y toda una pléyade de artesanos con sus talleres. Lo que consiguió es una verdadera ciudad palatina, de vida intensa y, en muchas ocasiones sumamente agitada..
En la cima de una colinas que rodean a Granada, construyeron los árabes el monumento más suntuoso y exquisito de la arquitectura hispano musulmana, el qa'lat al-Hamra, el Castillo Rojo, universalmente conocido como la Alhambra. El origen de este apelativo podría estar en el tono rojizo que dio a sus muros la tierra cargada de óxido de hierro que utilizaron en su construcción. Fue Muhammad I, apodado curiosamente el Rojo quien inició su construcción de esta fortaleza en la segunda mitad del s.XIII tomando como base una antigua fortificación goda que se alzaba en el mismo lugar, añadiéndole un palacio que sería su residencia, así como otras construcciones para sus ministros, personal, guardia y toda una pléyade de artesanos con sus talleres. Lo que consiguió es una verdadera ciudad palatina, de vida intensa y, en muchas ocasiones sumamente agitada..
Solo hacia 1830 llegó la cordura y se inició la restauración siendo declarada Monumento Nacional en 1870, título al que se le añade el de Patrimonio de la Humanidad en 1984. En el último siglo, los trabajos de restauración han sido sumamente intensos lográndose con ellos no sólo salvar a la Alhambra, sino devolverle su mejor imagen, como la última de ellas que ha devuelto el esplendor perdido al Patio de los Leones.
Para acceder al recinto existen tres puertas, aunque la mas emblemática de ellas es la Puerta de las Granadas que nos lleva directamente hasta el palacio de Carlos V. otro acceso es por la Cuesta de los Chinos (al final del paseo de los Tristes), el tercer acceso es por la Cuesta del Realejo (desde la Plaza del Realejo). Una vez dentro es una verdadera ciudad laberinto pero intentaremos hacer una reseña de las partes mas emblemáticas y célebres:
La Alcazaba: Se trata de la parte más antigua, un recinto fortificado construido por el primer monarca nazarí. Constituye la proa o punta sobresaliente del conjunto. Está formada por una plaza rodeada de torres.
Palacio de Carlos V Cuando el emperador contrae matrimonio en 1526 con la emperatriz Isabel, eligen pasar su luna de miel en la Alhambra, de la cual quedan prendados pues la belleza del lugar sobrepasó cuanto habían imaginado. Como primera expresión de este entusiasmo, Carlos ordenó llenar los jardines de claveles, flores de origen persa que hizo traer directamente desde Oriente introduciéndolas en Europa. Luego decidió que Granada sería la sede de su Corte. Fue por ello que inició la construcción de este palacio renacentista que habría de se elevado en el centro de la Alhambra y adosado al palacio de Comares. Para ello habría que destruir todo un pabellón del antiguo palacio. Lo que para algunos fue una atrocidad, tiene la lectura positiva de que aseguró la pervivencia del resto del conjunto. Encargó el proyecto a Pedro Machuca que concibió un edificio cuadrangular con patio circular de excelente factura marcando un hito en la arquitectura hispana. Cuenta con dos plantas, la inferior almohadillada con ventanas y óculos. La superior recorrida por balcones entre pilastras jónicas, igualmente con óculos y completando la decoración guirnaldas y cornisas. Por desgracia, las vicisitudes del imperio hicieron que el proyecto fuese abandonado hasta 1957, fecha en la que se cubrieron las salas que nunca antes habían sido techadas.
Patio de los Leones Se trata sin duda del espacio más internacionalmente conocido de la Alhambra, y también más carismático. Todos los elementos característicos de la arquitectura arábigo-granadina se dan cita en él: la fragilidad extrema, el sutil equilibrio de las formas, la delicadeza, la exquisitez , el refinamiento, el uso del agua. Todos se aúnan para componer una joya. El patio es en realidad el núcleo alrededor del cual se distribuye el Palacio de los Leones. En el centro del patio se encuentra la famosa fuente, constituida por una taza de mármol apoyada en el lomo de una docena de leones del mismo material. y hasta la que llegan cuatro estrechos canalillos de agua que forman una cruz. Las galerías que circundan el conjunto están apoyadas en decenas de columnas de una fragilidad asombrosa.
Patio de Comares: Se trata de uno de los grandes espacios del conjunto, Es el antiguo serrallo o residencia oficial del sultán. El palacio se organiza en torno a un patio rectangular en el que confluyen todas las dependencias.
Patio de los Arrayanes Un lugar deslumbrante y ciertamente mágico. Se trata de un espacio trapezoidal en cuyo centro se abre un estanque a ras del suelo de 34 x 7 metros, rodeado de un estrecho andén y un seto de mirtos o arrayanes, que le dan nombre. Sobre el agua inmovil se reflejan las construcciones como en un espejo que fusiona la verdadera construcción con su reflejo.
Salón de Embajadores: también llamado salón de Comares y situado en la torre de igual nombre que con sus 45 metros es la más alta del palacio nazarí. Era en realidad el salón del Trono, nombre por el cual también se le conoce. Sobrecoge la abundante y preciosista decoración de esta sala cuadrada de 130 metros cuadrados y 18 de alto, con tres camarines a modo de balcones en lo alto de sus muros. Los muros están enteramente decorados: en su parte inferior por un zócalo alicatado y por encima de éste un "tapiz" de yeserías con motivos geométricos y epigrafía sacada del Corán. Su techo de belleza sin igual, está formado por siete círculos que simbolizan los siete cielos que esperan al creyente en el Paraíso, siendo el octavo el centro, el trono de Alá. Toda la sala estuvo en su día brillantemente policromada.
Otros de los lugares destacados son: el Mexuar, estancia en la que el sultán se reunía con s sus visires, el Peinador de la Reina, el Cuarto Dorado, la Sala de la Barca, la Sala de los Reyes, la Sala de las Dos Hermanas, el palacio del Partal y un largo etcétera.
Generalife: Se trata de una gran Almunia o finca rural que se eleva no en la Alhambra sino en sus cercanías y que fue concebida tanto para la explotación agrícola como para el descanso y se compone de un conjunto de huertas organizadas en bancales, regadas con las aguas de la Acequia Real, y de un palacio de recreo en donde descansaban los monarcas. En él se levanta el patio de la Acequia.
Cuando el visitante se adentra en la Alhambra se ve inmerso en un laberinto, todo maravilloso y exquisito, una suma de construcciones de incríble belleza que se suceden sin orden ni concierto. Otra de las impresiones que el visitante recibe nada más penetrar es su increíble fragilidad, algo que es totalmente objetivo pues aunque fortaleza, no fue hecha para perdurar en el tiempo. Sus bóvedas están sostenidas por delgadas columnas, sus paredes decoradas con azulejos y argamasa; todo es frágil, delicado, volatil y, no obstante perdurable y ójala eterno..