Ausustusburg fue la residencia del príncipe elector de
Colonia, Clemens August de Baviera. Estéticamente mantiene la tónica general del estilo imperante en la época de su construcción, en la que había una importante dependencia del gusto francés. Sus dimensiones son bastante reducidas, teniendo en cuenta su contexto histórico, en el que los soberanos alemanes competían en la grandiosidad de su nuevas residencias.
Esto estuvo motivado por la necesidad de aprovechar los cimientos de un
antiguo castillo medieval.
El palacio se proyectó como una construcción de tres cuerpos, en el que el central estaba flanqueado por dos alas laterales orientadas al norte y al sur.
En cuanto a los materiales utilizados fueron curiosamente ladrillo y argamasa, nada habitualles. La decoración interior se encargó a Cuvilles, joven arquitecto de origen francés. En un principio diseñó los aposentos privados que se denominaron Apartamento Amarillo, y posteriormente se le encargó la construcción del palacete de
Falkenlust.
En 1740 se encargo al arquitecto Neumann rediseñar una escalera. Esta sería su obra maestra y también la obra más característica del rococó alemán. Se trata de una suntuosa escalinata articulada en torno a un rellano central, en el que se alza un curioso monumento en forma de cenotafio, dedicado a Clemens August, el fundador del castillo. Hacia el asciende un tramo inicial de escaleras que se bifurca en dos tramos superiores ascendentes (tipología imperial) apoyados sobre cariátides. Todo este conjunto está coronado por una cúpula con pinturas al fresco que representan alegorías en honor del príncipe elector.
En cuanto a los jardines, como en la mayoría de las residencias contemporáneas, son de estilo francés adornados con parterres simétricos en torno a una fuente central. Dentro del parque del palacio, y tras recorrer una avenida de tilos, nos encontramos con un bello pabellón de caza llamado Falkenlust. Este edificio se comenzó a construir en 1729. El edificio principal tiene dos pisos, pero existen también dos construcciones laterales de una sola altura. La decoración interior del palacete esta centrada en escenas de caza y es paralela a la de Augustusburg. lo que prueba que estas dos construcciones forman un conjunto inseparable. En el parque podremos encontrar también una pequeña capilla de planta circular decorada con rocalla marinas.
Estos palacios son la demostración patente del fasto que rodeaba a los príncipes alemanes del siglo XVIII, intentando imitar a los soberanos mas importantes de Europa, pues aunque gobernaban sobre pequeños principados, nunca repararon esfuerzos en competir en la fastuosidad de sus residencias. Y no podían quejarse, pues Augustusburg es un palacio bellísimo, que aunque pequeño, tiene todos los encantos de los que podían disfrutar otras residencias mayores. Es una prueba patente de que a veces vale mas la calidad que la cantidad.