El palacio de Caserta se encuentra en el antiguo reino de Nápoles o de las Dos Sicilias. Fue mandado construir en 1752 por el rey Carlos I (hijo del rey de España Felipe V), que posteriormente se convertiría en Carlos III de España. En esa época Nápoles era la mas importante ciudad Italiana y una de las grandes capitales Europeas, y por ello, para demostrar ese esplendor, el rey encomendó un basto palacio a Vanvitelli. Se dice que el rey participó activamente en el proyecto
y que intento emular por una parte la grandeza de Versalles y por otra la disposición espacial del Palacio madrileño del Buen Retiro, en el que creció como infante de España. Tras la marcha del rey Carlos las obras se ralentizaron, no concluyendo su construcción hasta 1832.
Las dimensiones de palacio son impresionantes y prueba de ello son las 1200 estancias que alberga dentro de sus muros. Tiene planta rectangular con una altura de 36 metros, distribuidos en 5 pisos. En cuanto a sus fachadas, en la parte central se dispone un pabellón con frontispicio triangular, y bajo él un nicho que alberga el balcón principal. El resto de las fachadas se completan con pilastra y columnas de orden colosal en los resaltes laterales en el caso de la delantera, mientras que en la trasera se disponen a lo largo de toda ella. El interior alberga 4 patios de igual tamaño que se abren a los lados de una galería central que atraviesa el palacio y que permite ver el parque a través de ella desde el extremo opuesto al mismo. En el centro de esta galería , y coincidiendo con el centro del palacio, se alza un gran vestíbulo en el que se encuentra el Hércules Farnesio, una escultura romana que perteneció a la familia Farnesio y que heredó el rey Carlos.
Así mismo, este vestíbulo da acceso a la derecha a la gran escalera de honor, la gran joya de este palacio. Es de tipología imperial con una rampa ascendente que se bifurca en otra dos en un rellano flanqueado por dos leones. Esta decorada con mármoles blancos y rosados, desembocando en otro vestíbulo que permite el acceso a la capilla, justo en el lado opuesto, y que recuerda a la de Versalles por su planta alargada, aunque es mas sobria y está decorada con los mismos materiales que la escalera. Las estancias interiores se hayan divididas en los apartamentos viejos del s.XVIII y los apartamentos nuevos del s XIX, mas amplios y en estilo neoclásico. Entre estos últimos destaca el salón del trono, de planta rectangular y en el que abundan las pilastras y detalles dorados, así como el salón de alabarderos. Otra de las primeras estancias interiores es el teatro, inspirado en el de San Carlo, en la capital. Su gran peculiaridad está en que la parte trasera del escenario se podía abrir para poder contemplar el parque durante las representaciones. Lo mas sobresaliente de las estancias son sus techos pintados al fresco con una delicadeza exquisita, con trompe-l'oeil y grutescos.
El parque, también fue trazado por Vanvitelli, y es uno de los últimos ejemplos del jardín al estilo italiano o francés. Se articula en varios niveles descendentes a lo largo de un eje central, culminando en una impresionante cascada que tiene un desnivel de 80 metros y que se origina en la bella fuente de Diana. Situada sobre una colina, está formada por diversos grupos escultóricos dispersos en un manantial natural y muestra el momento en que Diana es atendida por las ninfas durante su baño. A lo largo de la cascada se encuentra también la fuente de Ceres, y a la derecha de esta se abre el primera jardín de estilo ingles proyectado en Italia. El parque alberga otros muchos lugares encantadores como el lago de la ninfas con una pequeña isla artificial y exuberante vegetación, un invernadero, reconstrucciones de ruinas romanas, la torre de Pernesta que es un pabellon de planta octogonal del siglo XVI, un gran estanque con peces, etc. Además, no lejos de aquí los reyes disponían de otros palacetes de descanso como San Leucio y Carditello.
Este palacio, que era el orgullo de Vanvitelli es demasiado grande, resultando frío, vacío e impersonal, y parece que fue concebido más como sede de un ministerio que como morada regia. No posee ninguna característica que lo haga especialmente interesante, y por ello el escritor y gran amante del arte Stendhal (por cuya afición a la belleza del arte italiao se debe el término "mal de Stendhal") lo definió en su día como un pabellón de caza grande y mal situado.