Este monumento,
Patrimonio de la Humanidad, que ha de compartir con otros mucho el disputado lugar de octava maravilla del mundo, es un palacio, pero también un monasterio y un panteón. Obra cumbre del reinado de
Felipe II, fue construido entre 1563 y 1584 en las estribaciónes meridional de la sierra de Guadarrama, en la villa de San Lorenzo de El Escorial, por orden del rey para perpetuar la
memoria de la batalla de San Quintín, ganada por los españoles el día de San Lorenzo del 1557. Este santo había sido martirizado en una parrilla, de ahí la forma de parrilla que el monasterio tiene desde el aire.
El proyecto debido a
J. Bautista de Toledo fue completado a su muerte en por
Juan de Herrera, arquitecto y matemático . Cabe destacar el papel del propio Felipe II en la concepción del edificio al influir en que se abandonaran por completo los recursos decorativos y se usara solo la pureza de las líneas arquitectónicas, lo que originó el estilo Herreriano en que se inspiraron otros muchos edificios de la península.
La planta del monasterio es rectancular y sus fachadas mide 206 x 161 m, estando construido con grandes bloques de granito gris. Sus ángulos están ocupados por cuatro torres coronadas por agudas agujas de pizarra, algo inusual hasta entonces en la península pero común en tierras de los países bajos y Flandes, territorios por donde el rey había viajado en su juventud, quedando atraído por este tipo de arquitectura. Del interior se alzan las dos torres gemelas de la fachada de la basílica, cuya cúpula alcanza los 95 m de altura. Las cuatro fachadas del edificio monacal destacan por la ausencia casi de decoración. Solo la es más animada debido al resalte central flanqueado por 8 columnas toscanas, que se eleva dos pisos mas que el resto del conjunto y que corresponde con la
biblioteca, la cual ocupa el eje central del edificio
Entre los 16 patios interiores destaca el que precede a la iglesia llamado de los reyes y que debe su nombre a las esculturas de los 6 reyes de Judá que adornan la fachada de la basílica, el del palacio y el de los evangelistas, que tiene dos pisos de arcos superpuestos con un templete cupular en el centro entre cuatro estanques.
La iglesia proyectada por el arquitecto Pacciono en 1562 tiene planta de cruz griega. En el presbiterio se yergue el gran retablo de 30 m de altura proyectado por Herrera y ejecutado en bronce dorado. A ambos lados figuran los cenotafios reales de Carlos V y Felipe II formados por grupos escultóricos de bronce dorado cuyas figuras de 4 metros de altura son obra de Pompeo Leoni .
Situado justo debajo del altar mayor de la basílica, el panteón de los reyes es un cripta octogonal de diez m de diámetro mandada construir por Felipe IV y terminada en 1654. Fue proyectada por Crescenzi en un estilo fastuoso, alejado de la severidad del resto del monasterio. Este lugar está destinado a dar sepultura a los reyes y madres de reyes. Todos aquellos miembros que no cumpliesen estos requisitos están sepultados en el cercano panteón de infantes, que data de la época de Isabel II en el siglo XIX , y que consta de varias salas. De entre los monarcas sepultados destacan el emperador Carlos V, el propio Felipe II o Alfonso XIII. El panteón de reyes hoy en día solo dispone de 2 plazas libres (de un total de 26)que serán ocupadas por los Condes de Barcelona (, los cuales casualmente no cumplen los requisitos) tras pasar unos 20 años en otra estancia llamada pudridero, ya que las urnas del panteón ,de solo 1,20 metros, solo pueden acoger los restos óseos.
La iglesia proyectada por el arquitecto Pacciono en 1562 tiene planta de cruz griega. En el presbiterio se yergue el gran retablo de 30 m de altura proyectado por Herrera y ejecutado en bronce dorado. A ambos lados figuran los cenotafios reales de Carlos V y Felipe II formados por grupos escultóricos de bronce dorado cuyas figuras de 4 metros de altura son obra de Pompeo Leoni .
Situado justo debajo del altar mayor de la basílica, el Panteón de Reyes es un cripta octogonal de diez m de diámetro mandada construir por Felipe IV y terminada en 1654. Fue proyectada por Crescenzi en un estilo fastuoso, alejado de la severidad del resto del monasterio. Este lugar está destinado a dar sepultura a los reyes y madres de reyes. Todos aquellos miembros que no cumpliesen estos requisitos están sepultados en el cercano Panteón de Infantes, que data de la época de Isabel II en el siglo XIX , y que consta de varias salas. De entre los monarcas sepultados destacan el emperador Carlos V, el propio Felipe II o Alfonso XIII. El panteón de reyes hoy en día solo dispone de 2 plazas libres (de un total de 26)que serán ocupadas por los Condes de Barcelona (, los cuales casualmente no cumplen los requisitos) tras pasar unos 20 años en otra estancia llamada pudridero, ya que las urnas del panteón ,de solo 1,20 metros, solo pueden acoger los restos óseos.
Son especialmente interesantes los aposentos de Felipe II, que ocupan una parte mínima del edificio, y que están dispuesto rodeando la basílica. De esta forma el rey podía asistir a los oficios religiosos desde su propia cama. Conservan la decoración original del s.XVI , son un buen ejemplo de la austeridad que rodeaba la vida del rey.
La biblioteca de 52 m que conserva unos 45.000 libros principalmente de los siglos XV y XVI, así como 5.000 manuscritos en árabe, latín, griego o español, como por ejemplo el Códica Aureo del 1047 escrito con oro. Su estado de conservación es perfecto y los libros están colocado al revés en las estanterías, facilitando asi su aireación. En la bóveda, los frescos de Peligrino Tibaldi nos recuerdan las siete artes liberales: gramática, dialéctica, retórica, aritmética, geometría, astronomía y música
En general, la decoración pictórica del edificio es obra de artistas italianos de segunda fila. Esto es debido a que una vez terminado el Escorial, los decoradores se encontraron con kilómetros y kilómetros de paredes en blanco que había que decorar y hubieron de recurrir a ellos aunque no fuesen del todo gratos a los ojos del rey. Un buen ejemplo es la Galería de Batallas de 60 metros de longitud y que representa las hazañas militare los ejércitos hispánicos. Aun así, las salas de monasterio guardan algunas cuadros que son obras maestras del arte universal.
La escalera principal a la cual se accede desde el patio de los evangelistas es de tipo imperial y está decorada con frescos de Luca Giordano que glorifican a la Dinastía de los Habsburgo españoles.
Aunque este edificio es obra de los Habsburgo, los Borbones también supieron apreciara sus excelencias pasando largas temporadas en este real sitio y prueba de ello es que en tiempos de Carlos III se remodeló toda una sección del palacio que hoy en día es conocida como palacio de los Borbones.
Ya en los jardines, Carlos III construyó entre 1771-75 dos pequeños pabellones de placer para sus hijos: la Casita de abajo para el futuro Carlos IV y la Casita de arriba para el infante Gabriel, el verdadero ojito derecho del rey. Obra de Villanueva, su decoración interior es sobresaliente, adornadas con sedas, pinturas , estucos….en un estilo neoclásico y pompeyano que llevan estos ideales estéticos a su máximo.
La pasión de Felipe II por este enclave queda reflejada en la leyenda que nos describe un rey que subía hasta lo alto de una peña que le permitía contemplar como avanzaban las obras de esta su obra inmortal y se quedaba sentado reflexionando. Es lo que muchos llaman “la silla de Felipe II”, que hoy en día se puede visitar, aunque son muchas la voces que ponen en duda su veracidad, o al menos que la ubicación primitiva fuera la actual.