El Loira es el rio más largo de Francia. El valle por el que fluye es conocido por sus paisajes, sus históricas ciudades, su vino y sobre todo por sus magníficos castillos. A lo largo de todo su curso, hay mas de 300 castillos construidos por nobles y príncipes que encontraban en este lugar un clima suave y bellos paisajes en un entorno cercano a París.
Hoy en día, muchos de estos castillos continúan estando en manos privadas, mientras que otros han sido transformados en dominios estatales o bien se han transformado en hoteles. Recorrerlos todos sería una ardua tarea, pero si podremos detenernos en algunos de los más emblemáticos
Castillo de Chenonceau
Es uno de los castillos más representativos de Valle del Loira. Se sitúa a una treintena de kilómetros al este de Tours y a diez kilómetros en el sur de Amboise. Chenonceau debe a las mujeres gran parte de su encanto, y es que durante casi 400 años, han sido principalmente mujeres sus inquilinas Construido entre 1515 y 1520, es de un estilo gótico tardío que anuncia el renacimiento. Llego a manos de Enrique II como pago por deudas contraídas por sus propietarios. Este lo ofreció a su favorita Diana de Poitiers quien lo embelleció con jardines. A la muerte del rey, su viuda, celosa y con ansias de venganza arrebato el castillo a su propietaria y la convirtió en su residencia.
Catalina emprendió también una serie de mejoras añadiendo la gran terraza con jardines y fue así mismo la artífice de la gran galería que se añadió al pabellón inicial y que se extiende a lo ancho del rio, justo hasta la otra orilla. Pero Chenonceau no solo es importante por su arquitectura , sino también por la riqueza de sus colecciones, como se puede ver en su interiores : muebles renacentistas, tapicerías del s.XVI y XVII, cuadros de los grandes maestros de la pintura. El encanto del paraje, los jardines a la francesa y el parque se extienden dotando al lugar de una gracia y belleza difícilmente superable
Castillo de Chambord
Construido como pabellón de caza por Francisco I, el catillo de Chambord es uno de los más finos ejemplos del renacimiento francés. Su construcción se prolongó durante 30 años en el siglo XVI en un estilo mezcla del francés y del italiano. Sus fachadas clásicas contrastan con la profusión de linternas, chimeneas, flechas y tragaluces que podemos contemplar desde su terraza. La fortaleza está a su vez delimitada por otras tres alas que delimitan el recinto dejando un amplio patio interior.
Castillo de Cheverny
El castillo es célebre en todo el mundo por ser el modelo en el que se inspiró Hergé para crear el castillo de Haddock en Tintín. Sin embargo, el interés para nosotros está en su espléndida decoración interior en estilo Luis XII, que se ha mantenido casi intacta desde que fue construido en el s.XVII gracias a la magnífica labor de sus propietarios, ya que la propiedad sigue permaneciendo la misma familia. El palacio se reconstruyó entre 1624 y 1634 sobre una antigua propiedad familiar que databa del 1500.
Está construido en un estilo clasicista homogéneo con fachadas estriadas organizadas en pabellones delimitados por los tejados a diferente altura y que en sus extremos se rematan con pequeños campaniles. A lo largo de sus muros se disponen nichos que albergan bustos de emperadores romanos. Llama la atención la blancura de sus fachadas y es que fueron construidos con piedra de Bourné, que tiene la particularidad de emblanquecer con el paso del tiempo. En sus interiores destacan su soberbia escalera, así como el gran salón, el comedor, la sala de armas y el dormitorio del rey.
El castillo se alza en medio de un inmenso parque poblado de enormes cedros y otras especies exóticas
Castillo de Azay-le-Rideau
Situado en Touraine, este castillo fue construido en 1527 durante el reinado de Francisco I por un rico financiero sobre una antigua posesión familiar. Su arquitectura deja patente el incipiente gusto de las clases pudientes por el renacimiento italiano inaugurando una era de residencias campestres que mezclan el encanto de un castillo a la francesa con la majestad de los palacios italianos. Está constituido por dos alas y se alzó como si de una isla se tratase en medio de un estanque, surgiendo de las aguas. En los ángulos se alzan bellas torretas suspendidas. A la muerte de su fundador, la viuda no puedo terminar la obra. Ya en su interior destaca su bella escalera.
Castillo de Blois
Blois fue la residencia favorita de los reyes de Francia durante todo el renacimiento, lo que hace que sea un verdadero Palacio Real en medio del Valle del Loira
Erigido sobre un promontorio, domina toda la villa que lleva su nombre y podríamos decir que es una resumen de la arquitectura francesa ya que cada ala del castillo que rodea el patio de honor central es el testimonio de una época que va desde el s.XIII hasta el s.XVII. Un primer pabellón medieval alzado por los condes de Blois, otra ala de piedra y ladrillo de estilo Louis XII, un ala de estilo renacimiento que alberga un bello tesoro: una escalera en espiral con su fachada recorrida por hermosas galerías; y finalmente otra más, ejemplo del clasicismo del siglo XVII en el ala llamada de Gastón de Orleans.
Castillo de Brissac
Los orígenes de este castillo están en una fortaleza del s.XII. Tras diversas vicisitudes, el castillo quedo seriamente dañado por lo que fue entregado por el rey a una nueva familia que lo reconstruyó creando así el castillo más alto de Francia, imprimiendo a sus fachadas el estilo barroco. Arrasado durante la Revolución Francesa, solo sería restaurado décadas después. De su interior destaca el teatro.
Actualmente es castillo sigue perteneciendo a la misma familia y algunas de sus habitaciones pueden ser reservadas como hotel.