En los bosques de Baviera y en medio de los riscos alpinos a casi 1000 m de altitud se eleva una fortaleza inverosímil, una maravilla arquitectónica que ha sido llamado el castillo de los cuentos de hadas, algo que es cierto pues no es sino en este palacio en el que Walt Disney encontró la inspiración para del castillo de su “Cenicienta”. Neuschwanstein fue la primera de las residencias concebidas por un joven Luis II de Baviera, y al que seguirían otras como Herrenchiemsee o LInderhof.
El castillo se alza a unos poco cientos de metros de la fortaleza de Hohenschwangau, donde Luis creció y desde donde observaba la construcción de su delirio. Tras una infancia de aislamiento en la corte, el joven príncipe se refugió en la literatura romántica tan en boga en su época, llenándole la cabeza de heroicas hazañas de caballeros que lo alejaban de la realidad. Pocos años después conocería a Wagner, al que Luis protegió y que con su música haría revivir todos eso héroes.
Neuschwanstein (textualmente “El nuevo cisne” pues en la mitología alemana este ave ocupa un lugar preponderante) es en gran medida un sueño compartido de Wagner y Luis, un intento de revivir las épocas pasadas y los héroes y caballeros que protagonizaban las ópera del compositor, como si de un verdadero monumento al romanticismo se tratara..
La primera inspiración le llegó a Luis durante su viaje a Francia, donde visitó el castillo de Pierrefonds (Francia, su arte e historia serán una fuente inagotable para la imaginación de Luis), al cual quiso darle una lectura bávara en un estilo neogótico. Siguiendo su propia idea, contó para ello con el arquitecto C. Jank que aportó la soluciones técnicas, mientras que la decoración y teatralidad de que goza le fue aportada por el escenógrafo E. Riedel. La primera piedra se colocó en 1869 y la construcción se prolongó durante 17.
Ya en el interior, las salas son un recordatorio constante a las obras de Wagner, y prueba de ello es la sala de los cantores, la mas grande de todas y concebida para representar las obras de este compositor. Decorada con escenas del poema épico y opera "Parsifal" en sus paredes, dispone de un pequeño estrado y su escenario representa un jardín encantado. Lamentablemente nunca llegó a representarse las obras de Wagner.
La escalera principal, objeto de muchas leyendas, está decorada con un cielo estrellado, en donde la columna central representa una palmera cuya copa parece sostener la bóveda celeste.
La mayor carga simbólica encuentra su máxima expresión en el Salón del Trono, cuyo aspecto parece el de una verdadera capilla bizantina, con sus 20 metro de largo y su techo representando un firmamento estrellado del que pende una enorme lámpara que representa una corona real, la cual al estar sostenida por el techo pero a su vez estar sobre el suelo representa el poder mediador del rey entre el cielo y la tierra, entre Dios y los mortales. Este carácter se ve aumentado con la representación de Dios y los santos protectores del monarca en la bóveda que se encuentra en el extremo de la sala debajo de la cual debería estar emplazado el trono (el cual paradójicamente nunca existió). La lectura hay que verla en los conflictos del monarca con el parlamento, ya que quería dejar patente así que los reyes son protegidos y elegidos por Dios, y no por los hombres.
Como en otros palacios, Luis quiso también tener una pequeña gruta en sus aposentos. Construida con armazón metálico y cemento, representa fielmente una cueva y permitía a Luis aislarse del mundo y vivir en su mundo de mitos.
Desafortunadamente, Luis no puedo ver su obra totalmente terminada, pues de las 80 estancias solo se pudieron terminar 15, y en total, las estancias del rey en el castillo no llegaron a 6 meses en total. Pocas semanas después, el palacio fue abierto al público, y hoy en día, para conservar la magia que el soberano le quiso dar, el acceso hasta el palacio se ha de hacer en carruajes, a la antigua usanza. En cuanto a Wagner, para el cual también constituía un sueño, nunca llegó a visitarlo.
Contrariamente a lo que pudiese parecer, Luis no vació las arcas del estado para llevar a cabo sus delirios, sino que empleó la cuantiosa fortuna personal de su familia. Para unos es recordado como un loco pero para otros, entre los que se encuentra su compatriotas, como el mecenas que a dado a Alemania las mas bellas construcciones que posee hoy en día. Lo que si es cierto es que este rey que adoraba las leyendas , termino el mismo convirtiéndose en un mito.