En el corazón de Venecia se alza un palacio frente al mar. En su interior, los grandes salones reverberan con los triunfos de la antigua Serenísima República de Venecia, mientras que las cámaras de tortura se hacen eco de los actos mas oscuros. Este bello palacio fue construido para albergar la maquinaria del estado veneciano, así como a una larga sucesión de hombres que estaban a la cabeza de una de las mas extrañas sedes de poder jamás concebida: el Dux.
Elegidos para gobernar por un numeroso consejo, los dux usaban en su cabeza un gorro con forma de cuerno “Il corno ducale”, no pudiendo ser considerado corona pero que simbolizaba un cargo de poder pero severamente restringido por una nobleza temerosa del sistema totalitario de las tradicionales monarquías que imperaban en toda Europa, y del difícil equilibrio de poder, lo que hizo que durante 1000 años ningún hombre ejerciera el poder absoluto.
Desde el siglo IX, el palacio del dux se levanta donde el Gran Canal de Venecia desemboca en la Laguna, en el extremo oriental de la Plaza de San marcos. No fue sin embargo hasta 1340, y tras varios incendios, cuando el palacio comenzó a tomar su forma actual con la construcción de la fachadas dominando la Laguna y la plaza y que se caracterizan por sus arcadas góticas. Construidas en mármol en un estilo gótico, se caracterizan por la distinta tonalidad que ofrecen con el cambio de luz a lo largo del día. Las distintas alas albergaban las salas de estado, los salones de pleno, la residencia del dux, así como una multitud de burócratas.
La mayor parte de la fachada a la laguna, dominada por una bella ventanas, era ocupada por el salón del Gran consejo: el cuerpo gobernante supremo de Venecia compuesto de toda la aristocracia. No se reparó en gastos para contratar a los mejores artistas de Europa. Desde su “trono”, el dux supervisaba las obras entre las que destaca el cuadro titulado “Paraíso”, que ocupa toda la pared frontal de la Sala del Consejo y constituye la pintura al óleo más grande del mundo. Fue pintada por Tintoretto entre el 1588 y el 1592. Hasta 3000 aristócratas llenaban la gran sala debatiendo sobre los asuntos de estado.
Al otro extremo, en el flanco izquierda del ala que da a la plaza, encontramos la Porata della Carta o puerta de papel que presenta un tímpano con el león de San Marcos. Era llamada así ya que en ella se exponían lo decretos y además los ciudadanos podían contratar bajo las arcadas góticas, el servicio de un escriba que trasladaba sus peticiones a un lenguaje burocrático. Con el documento en la mano, accedían al patio renacentista donde ascendían por la Escalinata Gigante, llamada así por las esculturas de Marte y Neptuno (representación del poder de Venecia en tierra firme y en el mar( franqueando su parte superior, justo en el lugar donde cada nuevo dux era investido. La cámara y antecámara de Collegio eran destinadas a las recepciones de los visitantes mas ilustres por parte del Dux. Allí, se podían observar los cuadros y frescos de Tintoretto y Veronese respectivamente.
A los apartamentos del Dux se accede por la Scala d´Oro (escalinata dorada). Este ala en la parte interior fue edificada después del Gran Incendio de 1483 según el proyecto del arquitecto Antonio Rizzo. Sucesivos embellecimientos se alternaron con incendios devastadores durante todo el siglo XVI. Precisamente uno de estos siniestros propició la creación del principal tesoro del edificio: la gigante Crucifixión de Tintoretto, pintada para sustituir un mural dañado en un incendio.
A lo largo de todo el palacio existen numerosas ranuras llamadas boca de león, donde los ciudadanos depositaban sus denuncias anónimamente ante el consejo de los 10, que disponía de su propio salón de reuniones, el cual ejercía una labor de vigilancia a modo de tribunal cuyas sentencias podían ser la muerte o el encarcelamiento en los calabozos del propio palacio o en la cárcel anexa a la que se llegaba mediante un corredor llamado puente de los suspiros, . En 1755, Casanova fue custodiado en esta misma prisión acusado de herejía frente a la inquisición.
Napoleón dijo en su día “Venecia es el mas hermoso salón de recepciones en Europa”. Tras lo cual mandó sus tropas para conquistarla y en 1797, el 120º y último dux renunció poniendo el punto final a la historia milenaria de la Serenísima República de Venecia.