A principios de s.XVII, el emperador Matias II, durante una jornada de caza en las afueras de Viena, llegó a un manantial de agua del que seguramente bebió. Debió sentirse tan aliviado que pronunció las palabras “Hermosa fuente”, que en alemán es Schöne Brunnen. He aquí el origen del nombre de este gran palacio. Medio siglo antes Rodolfo primero había escogido este lugar para construir un pequeño palacio de caza que con el devenir del tiempo se convirtió en una Maison de plaisances, o lugar de retiro
Desafortunadamente, sería destruido durante la invasión turca en el S.XVII pero será Leopoldo I quién confiará la reconstrucción del palacio a Fischer von Erlach, cuyo inmenso proyecto inicial deberá ser abandonado en pos de un palacio menos ostentoso que se terminó en 1737. Pero será la Emperatriz titular María Teresa quién convertirá ese palacio de verano en el grandioso conjunto que hoy podemos admirar. Tras su llega al trono, las grandes potencias europeas le declararon la guerra pues debían impedir que una mujer se conviertes en la emperatriz de Austria, algo que pensaban no costaría mucho por lo rumores de bancarrota del imperio. Para demostrar a las potencias extranjeras el poder de Austria, encomendó a N. Pacassi la ampliación del palacio añadiendo otro piso y embelleciendo las fachadas en un color amarillo que a partir de entonces se llamará Amarillo Habsburgo y que pasaría a embellecer gran número de edificios en todo el imperio.
María Teresa hizo llamar a embajadas diplomáticas de sus enemigos y cuando vieron el renovado palacio quedaron impresionados. Aun así pensaron que no era seguramente mas que una fachada, pero al contemplar sus interiores comprobaron que cada estancia era mas suntuosa que la anterior y por lo tanto Austria no era el país empobrecido que creían, así que seguramente podría mantener la guerra durante muchos años. Al final aceptaron a María Teresa gracias a este palacio.
El palacio consta de aproximadamente de 1500 salas y en su día acogía a unos mil cortesanos. Sus salas están decoradas en estilo rococó y la mayoría de ellas datan de la época de María Teresa. La joya de todas ellas es la Gran Galería en pleno corazón del palacio . Con sus más de 40 metros de largo, era utilizada para las grandes fastos de la corte: bailes, banquetes, recepciones….y siempre bajo la bóveda pintada por G. Guglielmi en la que está representa a la misma María Teresa, glorificada junto a su esposo y rodeados de las virtudes de la monarquía. En cada flanco se dispusieron dos estancias chinescas, una con forma oval y la otra redonda, con paneles orientales sobre boiseries blancos y ornada con porcelanas. Junto a este galería se encuentra lapequeña galería utilizada en celebraciones mas íntimas de la familia Imperial. Otra estancia para las reuniones familiares era el Salón de los Espejos y donde, Mozart aun niño, dio un concierto privado y le pidió a una joven María Antonieta que se casara con él, lo que causo la carcajada de la emperatriz Mª. Teresa.
Y es que María Teresa y Francisco tuvieron un matrimonio de amor que se vio colmado con 16 hijos, a los que les correspondía un apartamento de 5 estancias a cada uno, con lo cual el número de estancias necesarias era muy elevado. En la Childen’s room pueden verse los retratos de todas las hijas habidas de su matrimonio. A la muerte de su esposo, la emperatriz hizo crear la estancia de Vieux-Laque en recuerdo de él.
El salón rojo sirve de galería de retratos de los emperadores desde finales del s.XVIII , el gabinete de María Antonieta hacia la función de comedor de familia y hoy en día está dispuesto tal y como estipulaba la etiqueta de la corte que seguía el ceremonial español. Otra de las estancias remarcables es la del Millón, llamada así porque costó un millón de florines debido a las marcos de oro y las sedas con escenas de la India. Son también reseñables las estancias del príncipe heredero, pintadas con escenas de naturaleza, pájaros, ruinas, etc. obra de J.W.Bergl.
El prestigio del palacio era tal que cuando Napoleón invadió Austria, pidió alojarse en las antiguas estancias de María Teresa, como así hizo. Su alianza con el imperio se consumó desposando a una archiduquesa. Años después su propio hijo, el Rey de Roma, crecería y moriría en este mismo palacio a la edad de 24 años, pues era nieto por línea materna del emperador de Austria.
Entre los mayores atractivos hoy en día, está visitar las estancias de la Emperatriz Sissi y de Francisco José, el cual vivía en estancias que hoy nos parecerían modestas, y es que para el, instalar un cuarto de baño era poco menos que una frivolidad. Algo mas elegante es el dormitorio en común de la pareja imperial.
Del conjunto palatino, el edificio mas notable es el Teatro Imperial construido por la pasión de María Teresa por la escena pues según sus palabras “Algo había que hacer para entretener a la corte”
Ya en los jardines, el ideal barroco de dominio de la naturaleza queda patente. Los parterres, las grandes avenidas, las fuentes como la de Neptuno adornan un jardín a la francesa. Siguiendo el eje central y en lo alto de una colina se encuentra la Glorietta, un recinto porticado de estilo neoclásico que se alza como ornamente y monumento conmemorativo a los muertos en la guerra. Como homenaje al gusto romántico por lo antiguo se construyeron de forma totalmente artificial unas ruinas de un templo clásico que simbolizan la victoria del imperio romano sobre el mundo griego.
El esposo de María Teresa fundó el primer zoo de Europa que se vio surtido con animales exóticos traídos a Viena por las expediciones mandadas a todos los rincones del mundo. De la mima manera se creó un invernadero de estructura metálica, que en su día albergó mas de 4.000 especies que hoy en día ha llegado a las 10.000 y que en su interior atesora el nenúfar mas grande del mundo y una palmera de mas de 23 m de altura.
Schonbrunn vivió su mayor esplendor con María Teresa así como con en el Congreso de Viena que restableció las fronteras de Europa tras la caída de Napoleón. Hoy en día, este conjunto es patrimonio de la humanidad, y aunque la dinastía Habsburgo pertenece al pasado, ha dejado su impronta y esplendor en palacios como este, de grandeza y belleza incomparables, en donde el sello y encanto imperial es incuestionable.